“…por estar jugando al escondido una noche nos salió un hombre que le decían el silbadorcito y la gente salía corriendo y unos caían privados y ni se paraban…”
“…nos abrió la puerta un hombre enorme, no había visto en mi vida una persona tan grande, los zapatos blancos, el jacket blanco, la corbata blanca, todo blanco…”
Fue sufrimiento... todos remendrados, enpiojados, hasta los animales estaban enfermos... teníamos una vaquita cada vecino para beber leche, hacer queso,....
Mi abuela me lo daba todo… Mis primos me utilizaban para que mi abuela les diera algo, por medio de mi persona... Yo era muy feliz viviendo con mi abuela