“Mi padre fue el primer cristiano evangélico de la ciudad de Ipiales… pero un día se reunieron los curas con los beatos y beatas, armados con toda clase de armas….y querían matar a mi familia”
“En ese entonces era tan seguro Bogotá que Laureano Gómez salía caminando por las calles. Un dia, me acuerdo que salí a la calle y me tropecé con él, él me miró, le miré y continuamos”